La XIV edición del Astudillo Punk Rock se celebra este fin de semana. Las bandas brillan en el escenario, y el ambiente destaca por la amabilidad de los organizadores
Por Celia Sendino Moreno
La edición nº XIV del Astudillo Punk Rock sale a la calle. En vez de celebrar sus conciertos en el pabellón del polideportivo La Joya, han apostado por la pista que se encuentra detrÔs del mismo, también dentro del conjunto del polideportivo. Esto desplaza las zonas de acampada, que ahora se encuentran un poco mÔs alejadas del lugar donde se celebran los conciertos. Aunque no falta quien echa de menos tener todo a dos pasos y poder prescindir de la chaqueta, a mi entender ha sido todo un acierto, pues mejora notablemente la calidad del sonido. El eco del interior del pabellón es, seguramente, una pesadilla recurrente de mÔs de un técnico de sonido.
Es tambiĆ©n considerable la mejora en la calidad del aire que se respira durante los conciertos, pues, curiosamente, se acumulaban grandes cantidades de humo, pese a los numerosos carteles de āprohibido fumarā. El pabellón podĆa verse abierto, aunque solo tuviera permitido entrar la organización, pero se entiende que sigue aportando su granito de arena a la celebración de este festival.
Silenciados son los encargados de romper el silencio. Durante su primer tema sufren un fallo tĆ©cnico (las cosas del directo) que Txinin, su cantante, se toma, y defiende con humor. Durante su canción Camisa de Once Varas, bromean con los titulares āEsta noche Silenciados canta no sĆ© quĆ© de una puta camisaā.
ContinĆŗan su concierto en el que, durante sus numerosas interacciones con el pĆŗblico, se toman un momento para dedicarle unas palabras al festival. āSi hay que mentir se mienteā aseguran desde el escenario, āpero esto es en serio, nos han tratado de lujoā.
Fe de Ratas
Al comenzar el concierto de Fe de Ratas se puede ver al público apurarse para volver a la pista en cuanto suenan los primeros acordes. En este caso son mÔs parcos en palabras, y no es para menos, tienen 22 temas por tocar y parecen haberse propuesto, también, corregir el pequeño retraso con el que ha comenzado el festival.
Durante una parada en la que Maxi CompĆ”n afina su guitarra āpor prescripción mĆ©dicaā, Emmanuel GonzĆ”lez, guitarrista solista de la banda, afirma que ālos punkis no afinanā, pero en todo el concierto no suena una nota fuera de sitio. TambiĆ©n se toman un momento para comentar que han estado muy a gusto en Astudillo.
Envidia kotxina
El espacio entre el público y la valla que protege el escenario se ha ido reduciendo paulatinamente. Cuando llega el turno de Envidia Kotxina, ya ha desaparecido. La gente estÔ en la zona donde los bajos hacen que te retumbe el pecho, y el suelo bajo tus pies. El fervor que envuelve al público, causa un arrebato en el que un espontÔneo con agilidad felina salta la valla y se sube al escenario. Allà es recibido con caras de sorpresa, pero los músicos no paran de tocar.
El incidente se resuelve de manera pacĆfica cuando, tras unos momentos, Ć©l mismo vuelve a bajar a la pista, aunque ahora hay mĆ”s personas de la organización a su alrededor. Entre el pĆŗblico se comenta āmenos mal que ha empezado a las 21hā. En una parada tĆ©cnica porque āse le ha roto una cuerda a la baterĆaā, aprovechan para desear otros 14 aƱos al Astudillo. La segunda persona que sobrepasa la valla, se descalabra antes de llegar al escenario, pero puede volver a la pista por sus propios medios. El concierto continĆŗa y termina, sin tener que lamentar males mayores.
La misión de cerrar la noche recae sobre Los de Humo. La luz de una bengala tiƱe de rojo la pista. Por fortuna, o porque el concierto comenzaba a las 2:30 de la maƱana, se habĆa disuelto bastante la aglomeración de personas previa. En este caso Chus, solo se dedica a cantar, lo cual llena el escenario de dinamismo. Afirman que vienen de un pueblo ātan pequeƱo como este, en las montaƱas de Burgos, donde se hace el Tresparockā (El Tresparock es un festival tambiĆ©n solidario y autogestionado que se celebra en Trespaderne, Burgos. La edición de este aƱo tendrĆ” lugar del 17 al 20 de julio).
TambiĆ©n piden āQue esto nunca se muera, Astudillo vivo.ā El siguiente descalabrado al saltar la valla, no comparte la suerte del anterior y tiene que ser asistido para salir. En una pausa, DiegoVision (Que se ha incorporado a la banda al convertirse su anterior bajista en padre) se roba el protagonismo cantando una tonadilla improvisada a la gente de Palencia. Al recuperarse del ataque de risa el cantante aprovecha para agradecer el trabajo de todos los implicados en el festival y en todos los festivales de Palencia āos lo currais la hostiaā.
Por Ćŗltimo comentar que las camisetas amarillas de la organización parece que llevan incluida la sonrisa. Desde las personas que revisan las entradas hasta las que atienden en la barra, pasando por el puesto de bocadillos, el de tickets o el de āmerchanā, todos atienden con excelsa amabilidad. Y es que se nota cuando un festival es autogestionado, las personas implicadas saben que el festival es suyo, y lo cuidan como tal. Lejos de los macrofestivales apoyados por fondos de inversión de cuestionable filiación polĆtica y esquivando, aunque esto puede haber sido pura suerte, las ticketeras en concurso de acreedores, el Astudillo Punk Rock puede ser un festival pequeƱo, pero suena a lo grande.









